Estand ULMA

Grupo ULMA
Barcelona, España

El estand para la empresa vasca ULMA Hormigón Polímero ocupa una superficie de 254 m2. Su objetivo es la presentación conjunta de las cuatro líneas de negocio, pero de forma individualizada.

El diseño del stand se centra en tres aspectos: la arquitectura del mismo, el producto a exponer y las emociones.

Hay que estimular los cinco sentidos: la vista mediante el stand y los productos; el oído, con sonidos que emulen la naturaleza del País Vasco; el tacto, mediante la accesibilidad al tocar los productos; el gusto, con un alimento fresco, aromático y dulce, en contraste con la dureza ingenieril de la empresa; el olfato, incorporando olor a naturaleza, así como el olor propio de los materiales primarios que debían componer el stand, como la madera.

La estética es limpia. La iluminación debe enfatizar los productos, situados sobre peanas de alturas variables, para una mejor relación con el visitante.

Se opta por una imagen fuerte, muy arquitectónica, que transmita la calidad, el servicio y la profesionalidad de la empresa. Pero con una sencillez estética que no reste protagonismo al producto. Los materiales deben de ser muy puros y de carácter sobrio: madera, acero, vidrio y el propio hormigón del suelo ferial.

El espacio se concibe como una plaza, focalizando el punto de encuentro y de relación personal en el centro. La plaza se cierra en cada lado mediante una estructura que sirve de soporte para cada una de las líneas de negocio. Las esquinas quedan así totalmente abiertas al visitante, sin una puerta clara, para que penetre en la plaza casi sin darse cuenta. En estos cuatro accesos se sitúan las zonas de contacto más personal, con mesas y sillas. Aquí se muestra el pavimento original del pabellón expositivo, que viene señalizado con gráficos realizados en vinilo negro.

La forma arquitectónica parte del concepto de estructura/escultura natural, cinta e interacción dinámica. Un objeto que se desarrolla generando diferentes espacios, a partir de recortarse y posteriormente moverse generando rehundidos, elevaciones y plegados. Funciona como la propia naturaleza, es un objeto topográfico y único. Se convierte en base y en recorrido, interactúa con las personas al mismo tiempo que sirve de soporte expositivo, generando espacios y zonas de trabajo y relación.